sábado, 10 de abril de 2010

Un sótano de las piscinas municipales permanece 10 años sostenido con puntales

Han tenido que pasar diez años para que un equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Benavente se decida a reparar el sótano de las piscinas municipales, una pequeña sala de cloración excavada por debajo del nivel del Caño de los Molinos que no ha dejado de anegarse con cada nueva inundación. En 2000, cuando el techo comenzó a mostrar signos de abombamiento, el aparejador municipal ordenó su apuntalamiento. «Esto no se cae», repitió a los sucesivos concejales que se han ido sucediendo en el área. El técnico no se equivocó, pero no ha habido concejal que no mirara de reojo hacia esta zona de las piscinas cada vez que pisaba las instalaciones. Ahora, la Concejalía de Juventud ha decidido poner fin al problema presupuestando algo más de 73.000 euros que permitirán reforzar el habitáculo y acabar de paso con el deterioro de la cubierta de la piscina climatizada, cuya cubierta telescópica ya acusa el paso de los años.


La sala de cloración colinda en el subsuelo con el vaso de la piscina más cercana a las huertas. Al sótano se accede bajando una angosta escalera de hormigón que se abre a ras de suelo. En su interior el habitáculo está apuntalado en toda su longitud con barras de obra sobre las que permanecen calzadas algunas tablas de madera para evitar la rotura del ladrillo del techo, cuyo estado de abombamiento es más que apreciable. En el suelo, un palmo de agua delata las filtraciones de la última riada al igual que las humedades de la pared. Varios palés de madera facilitan más o menos el paso hasta el fondo del sótano.


En verano, el suelo bajo el que se halla el pequeño sótano es espacio de paso y de solaz, pero en este mandato los socorristas han recibido la orden de hacer acto d e presencia más o menos continua en esta zona para evitar la concentración de bañistas. Cuando las piscinas abran sus puertas el próximo mes de junio, esta cautela ya no será seguramente necesaria.


La edil de Juventud Marian García, para quien esta situación ha sido un motivo constante de preocupación desde que recibió la delegación del área, confía en que la obra pueda estar adjudicada y en marcha en apenas dos meses. De esta forma se acabará con un quebradero de cabeza que en términos cuantitativos ha durado una década con un único tratamiento de choque.


En el exiguo anexo de inversiones del presupuesto de 2010 que ha impuesto la crisis económica esta es de hecho la partida más cuantiosa. Los 73.000 euros, que están afectados parcialmente al nuevo préstamo y a subvenciones, permitirán reforzar el habitáculo contra futuras riadas y mejorar la cúpula de la piscina climatizada.

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